
Procesión del Silencio Zacatecas 2025
SemMéxico, Tlapa, Guerrero, 21 de abril, 2025.. Mientras escuchaba la Meditación de las Siete Palabras y observaba la imagen de Jesús, ensangrentado, cargando una cruz, observaba también la imagen de María, su Madre, que con rostro doliente fija su mirada en la también doliente figura de su hijo e hijo de DIOS, y me preguntaba, si el Sublime Maestro no pasara de ese momento, si se quedara en el momento del Vía Crucis y no hubiera llegado a la resurrección…cuál sería la historia?
Y la nuestra? Cuál es? Jesús salió del Pretorio de Pilatos al Calvario y entre ambos puntos de ese recorrido se centran el caminar y detenerse para dar paso en ellos a lo que se convirtieron en estaciones y en cada cual, misterios que aún no terminamos por comprender.
Por ello me remito al Papa Francisco que habla de la esperanza, y a su vez, trae a colación a Benedicto XVI en la Encíclica Spe Salvi (encíclica del latín “encyclia” y del griego “egkyklios” que significa “envolver en círculo” y que es una carta solemne) (Spe Salvi, latín que significa en la esperanza somos salvados), en el que dice que dice que “la muerte ha sido transformada en victoria, y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo”.
Si Jesús, el sublime Maestro, solo hubiera llegado al viernes de crucifixión, la historia qué citaría de él? Y nosotros, nosotras, qué punto de esa historia seríamos?
La historia de Jesús, El Cristo, pervive, está ahí, aún a la espera de que muchas y muchos de nosotros la conozcamos, la estudiemos, la apliquemos, y en ese contexto, cuando El Vaticano, en su publicación para la Cuaresma denominada por el Papa Francisco, en este año Jubilar, con el título “Caminemos juntos en la esperanza”, nos dice que es “la gran promesa del Padre: la vida eterna, que ya realizó Él, su Hijo amado”… y nosotras y nosotros?
La mirada del Sublime Maestro Jesús tiene bondad, y en esa mirada doliente, en su frente coronada por espinas, en sus manos y pies que aún no terminan para ellos su martirio, llega a mí la pregunta del Papa Francisco “Estoy realmente en camino o paralizado, con miedo, y falta de esperanza?”
Esta frase impacta en nuestras vidas? Estamos en camino, si es que sabemos a dónde vamos, o estamos paralizados. Si estamos paralizados, qué nos paraliza? El miedo? El miedo a qué? o es la falta de esperanza.
Si en la contemplación de la imagen en los momentos supremos de su Pasión no llega a nosotras y nosotros la pregunta de qué hacemos en esta vida, si hemos extendido en algunas horas la meditación de ese momento, no importa si lo hacemos desde el nivel espiritual o religioso, o desde el plano filosófico, pero hacerlo, preguntarnos también si en nuestros casos hemos en algún momento de nuestra vida pasar, lejos de lo que vivió Jesús, pero en nuestra realidad y vida, una de las 14 estaciones, si llevamos una cruz, y el peso de la misma o solo nos recuerda ese pasaje del año una vacación.
No sé, quizá la realidad la sentimos como un viacrucis y la llevamos a la queja digital desde la comodidad de nuestro sillón, sin movilidad social ni resiliencia, o quizá otras y otros más, están en camino de esperanza buscando transformar la realidad que lastima a los derechos humanos, que martiriza la mente de las madres buscadoras o quizá la resurrección tenga distintos matices que se traducen en poder. No sé, quizá en el camino de la piedad tengamos que encontrarnos con peregrinos que salieron antes y avanzan en los cambios y en la historia.