El objetivo es atender los casos de riesgo y de consumo temprano
Zacatecas, Zac.- Tras una solicitud de la Secretaría de Seguridad Pública, a través de la Subsecretaría de Prevención y Reinserción Social, en conjunto con las acciones que desarrolla la organización AB InBev para Ciudades Piloto en las que se busca reducir el uso nocivo del alcohol en al menos un 10 por ciento de la población de Zacatecas, a los hijos de Personas Privadas de su Libertad (PPL) del Cerereso femenil de Cieneguillas, en una segunda etapa, se les realizó un test y prueba para detectar el consumo a temprana edad.
Las pruebas fueron aplicadas, luego de una solicitud realizada por el Secretario de Seguridad, a fin de detectar el consumo de alcohol o alguna sustancia psicoactiva en los hijos de PPL que cumplen una pena carcelaria al interior del Cerereso femenil.
Con estas acciones, se busca que de manera conjunta se apliquen mecanismos que permitan prevenir y atender los casos de consumo temprano y con ello generar mejores condiciones de vida y seguridad para las y los zacatecanos.
El Programa de Intervenciones Breves basadas en Entrevistas Motivacionales (IBEM), busca identificar un problema con el consumo de alcohol, así como de otras sustancias psicoactivas, presente o latente, motivando a los adolescentes y jóvenes hacia un cambio mediante el aumento de la motivación intrínseca explorando y resolviendo la ambivalencia.
Busca promover y reforzar el no consumo en aquellos que no están interesados o que por diversas razones nunca han consumido, así como disminuir en frecuencia y cantidad, número de sustancias, aplazar la edad de inicio o mantenerse en cero consumo.
La intervención se basa en procedimientos validados científicamente, que permiten identificar el nivel de riesgo de los estudiantes frente al consumo y mediante la motivación al cambio promoviendo su disminución o retraso en la edad de inicio.
Los objetivos del programa son: retrasar la edad de inicio del consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas, disminuir el consumo -frecuencia, cantidad o número de sustancias psicoactivas-.
Este proceso consta de tres intervenciones personalizadas de 15 minutos, cada una espaciadas para poder hacer un balance de cambio de conducta bajo un ambiente cordial y de confianza.
La participación es voluntaria y anticipada con un consentimiento de los padres de familia, se utiliza un instrumento de tamizaje para identificar el nivel de riesgo y así proceder a la intervención individual.