Mazapil, Zac. La explotación acapara 100 pozos y mantiene agostados mantos freáticos en perjuicio de las comunidades, denuncian
Alrededor de 500 ejidatarios pertenecientes el Frente de Comunidades Afectadas por la Minería (FCAM) tomaron nuevamente los accesos a la Minera Peñasquito, ante la falta de cumplimientos para establecer un plan permanente de abasto de agua, toda vez que la minera sólo lo pretende por cinco años, lo que afecta a 13 comunidades de los ejidos cercanos a la empresa.
Felipe Pinedo Hernández, dirigente del FCAM, organización perteneciente a la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA) y al Frente Popular de Lucha de Zacatecas (FPLZ), reiteró la acusación a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), las que están en contubernio para no cumplir los compromisos de la filial de Gold Corp.
Ello, debido a que la primera es la responsable de otorgar las concesiones y la segunda de garantizar el cuidado del medio ambiente en beneficio de la salud de los pobladores de esa parte del semidesierto zacatecano, expresó en un comunicado.
Pinedo Hernández explicó que las comunidades y los ejidos del FCAM seguirán utilizando la movilización social como herramienta para exigir la resolución de los temas vitales como el del agua, toda vez que Peñasquito ha agotado la totalidad de los mantos freáticos de las comunidades de Cedros, Los Charcos, el Vergel y Matamoros.
A raíz de eso la gente organizada en el FCAM decidió desde esta mañana tomar el acceso principal de la Minera Peñasquito pues rechaza que la empresa proponga sólo un plan de abasto por cinco años, cuando éste debe ser por tiempo indeterminado.
Con ello, dijo Felipe Pinedo, la minera deja a la deriva cualquier responsabilidad producto de la sobrexplotación de cerca de cien pozos con los que cuenta para hacer sus lixiviados de oro, plata, zinc y plomo.
A ello se le agrega que hay –como se ha venido denunciado desde hace varios años- evidencias claras de la existencia de selenio en las cuencas, debido a la perforación de pozos a mil y 700 metros de profundidad, por lo que los metales pesados subyacen como gases peligrosos y se dispersan en la cuenca, lo que provoca que al ser consumidos tengan efectos cancerígenos sobre la población.
Los miembros del FCAM se mantendrán en el acceso a la minera a la espera de alguna respuesta, pues es la única alternativa de solución a través de la movilización, “porque está en riesgo la salud y la vida misma de los habitantes del semidesierto, más ahora que Gold Corp tiene demandas internacionales por su falta de compromiso con la vida, la salud y el medio ambiente”, afirmó finalmente.