Se especializa en el mejoramiento y calidad de los alimentos en Zacatecas
Desde pequeña se vio motivada por conocer qué hacen los alimentos en el cuerpo y cómo se pueden mejorar
Guiada por la conciencia del “bien ser para el bien hacer”, Surya Parra Tovar dedica su vida a la investigación y docencia para la calidad y mejora de alimentos en Zacatecas. Es digna representante de un sector donde las mujeres integran sólo el 30 por ciento y con el que el Gobierno de Zacatecas se comprometió a coadyuvar para abatir la brecha de género.
El Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación (Cozcyt) es el responsable de visibilizar a las científicas y sus investigaciones, ya que permanentemente está en contacto con ellas y les brinda asesoría, atención y apoyo, motivo por el cual, en el marco conmemorativo del Día Internacional de la Mujer, les hace un reconocimiento público por sus aportaciones a la entidad.
La docente investigadora de la Universidad Autónoma de Zacatecas es ejemplo de lo que las mujeres pueden lograr en el sector científico y educativo local, pues, a lo largo de más de una década, ha desarrollado proyectos de impacto regional y formado a cientos de estudiantes en las aulas de la Unidad Académica de Ciencias Químicas.
Zacatecana por adopción, Surya Parra tuvo que superar los retos que le significó, a los 18 años, dejar a su familia y su querido Amatlán de Cañas, Nayarit, “tomar sus sueños” para venir a Zacatecas y alcanzar sus objetivos: dedicarse a la ciencia en el área de la Química de alimentos.
Recuerda que fue difícil, sobre todo porque en su comunidad ni siquiera había internet. Se enteró de la Licenciatura en Química de los Alimentos de la UAZ por un fax que les dio a conocer la profesora de Orientación Vocacional del CBTa en el que estudiaba. De inmediato supo que eso quería.
La entonces jovencita no lo pensó y dejó de lado el ingreso que ya tenía aceptado para la Universidad de Guadalajara (U de G) en Ingeniería Química. Tomó sus cosas y en tres días ya estaba en la bizarra capital. Llegó sola. Se instaló en una casa de asistencia. Reconoce que en muchas ocasiones se desanimaba, pero se decía: “ya inicié y voy a concluir”.
Egresó de la máxima casa de estudios y se tituló con mención honorífica en la Licenciatura de Química de los Alimentos, con la tesis Deshidratación del Enterolubium Cyclocarpum Griseb (parota) para el Consumo Humano, árbol cuya semilla puede aprovecharse como recurso alimenticio, pues posee aminoácidos, proteínas, hierro, calcio, fósforo y ácido ascórbico.
Ingresó como docente de la Unidad Académica de Ciencias Químicas y a la par realizó su Maestría en Aprovechamiento de Recursos Naturales en la Universidad Autónoma de Chapingo, Campus Zacatecas. Ahí era la única mujer del grupo del posgrado.
Gracias a su trabajo de tesis Aprovechamiento del Agave Salmiana como Alternativa de Desarrollo Rural Regional, ofreció a los productores del sureste zacatecano opciones para el consumo de esa planta, como la producción de miel y aguamiel, alimentos de alto beneficio nutricional.
Además, ha participado en proyectos en relación al estudio de la leche materna y sus beneficios, de ahí su admiración hacia María Elena Luévano González, impulsora de los Bancos de Leche Humana en el estado, los cuales, a través de la donación y recolección del preciado recurso, han significado “milagros de vida en la niñez zacatecana”.
Ser una mujer investigadora para ella es un éxito, porque desde niña fue curiosa, su padre, agrónomo de profesión, sembró en ella la semilla de la investigación y su deseo de conocer las propiedades de los alimentos y su efecto en el cuerpo la encaminaron hacia la ciencia y la investigación.
Nunca se fue de Zacatecas. Hace 20 años que vive aquí y ahora tiene un hijo al que le enseñó el amor por las ciencias exactas y le desarrolló el pensamiento crítico. Su experiencia como mujer en el sector científico le permite enviar a las jóvenes un mensaje contundente y claro: “aférrate a tus sueños con toda tu energía y recuerda: no hay errores; sólo aprendizajes”.