Sólo provocará mayor dependencia, desempleo y menos divisas, advierte dirigente de productores
México, DF. Seria preocupación del sector lechero nacional por el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) del que los negociadores se aferran para lograr concertar el próximo viernes. Es un Tratado comercial caracterizado por su secretismo y que ha sido retomado ampliamente por las autoridades estadounidenses a demanda de sus grandes consorcios que tiene asiento en su país.
Para el presidente de la Federación Mexicana de Lechería, Vicente Gómez Cobo, México no debe ceder a la presión de los negociadores de Nueva Zelanda y Australia, por la gran asimetría que distancia el nivel de competitividad. Por lo contrario, las autoridades y productores nacionales deberán de revisar y concretar una política pública de desarrollo y potenciar al sector lechero frente a los embates del comercio internacional, y confiando pueda ser también en un futuro cercano un aportador no sólo marginal al mercado internacional de derivados lácteos de origen mexicano.
Dentro de los países que negocian el TPP, está Nueva Zelanda y Australia, donde el primero es el gran exportador de lácteos a nivel mundial. Los datos perceptibles de su producción como de su sector pecuario, son ejemplares. Su estructura organizativa como la de sus recursos de amplio pastoreo, fueron ampliamente impulsados por décadas de políticas públicas que impulsaron, la producción de leche fresca de bovino a un nivel competitivo a nivel mundial. Más aún en el establecimiento de grandes hatos y de una estructura de recolección y enfriamiento de la leche, donde al final una sola empresa concentra la comercialización del 95% de su producción: Fonterra.
En 2013 y 2014 se dio una demanda inusual de China por lácteos lo que estimuló ampliamente la producción adicional de leche no solo por parte de Nueva Zelanda, sino de los países excedentarios de leche. Sin embargo, para el presente año China ha bajado abruptamente sus compras y ahora tenemos una sobreoferta en el mercado internacional que ha propiciado una caída de precios mayor al 50% de su valor. Adicionalmente a esta oferta se ha sumado la suspensión de compras de Rusia a la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia principalmente.
Esta caída de precios, de la cual México no es parte, pero sí está expuesto a esta situación por su amplia apertura de los mercados, obliga a revisar las políticas públicas. En este sentido, las autoridades responsables deberán compensar en frontera toda importación que se dé por debajo de costos de producción de los países originarios.
Es el campo donde mayor atención debemos poner ahora, y donde la urgencia de llevar inversiones rentables a este sector. La producción de leche con una capacidad de autosuficiencia al día de hoy, del 75%, puede en dos o tres años lograr un incremento sustantivo, pero para ello no debe ser expuesto a condiciones de mercado internacional consideradas distorsionantes.
Para Vicente Gómez Cobo, los bajos precios del mercado internacional en los países excedentarios no han desestimulado la producción en virtud de los diferentes apoyos gubernamentales que le permite permanecer produciendo rentablemente, en tanto los excedentes de leche son comercializados a precio “dumping”, afectando los precios a niveles depredatorios.
En México, de manera particular Liconsa, ha ofrecido mantener compras y precios a sus tradicionales proveedores que en su mayoría son pequeños productores de leche. Se revisa con la SHCP, SAGARPA y SEDESOL el fortalecer presupuestalmente la capacidad de compra y de comercialización de la empresa paraestatal para que sea un verdadero baluarte en mantener y desarrollar al sector lechero nacional.