Presentan estudios del impacto de género de política económica
ANGÉLICA JOCELYN SOTO ESPINOSA
Cimacnoticias | México, DF.
A más de 30 años de haberse implementado en México el modelo económico neoliberal, sus efectos se traducen en la precarización laboral, la sobrecarga de trabajo y la exclusión social de las mujeres, que cada vez más se están convirtiendo en las únicas proveedoras de sus familias.
Así se advierte en al menos cinco investigaciones académicas de diversas universidades que se presentaron hoy durante el XXI Coloquio Internacional de Estudios de Género, al que convocó el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Las y los investigadores que participaron en la Mesa 10 de este coloquio –sobre pobreza y precarización– coincidieron en que las prácticas neoliberales, que privilegian a las empresas y desatienden servicios básicos como salud, seguridad y empleo, obligan a las mujeres urbanas y rurales a asumir sobrecargas en tareas de cuidados, y aceptar trabajos precarios y de baja remuneración que les permitan sobrellevar esta doble jornada.
Como ejemplo, Monserrat Olivera, académica de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, analizó las estrategias de sobrevivencia de cuatro jefas de familia tlaxcaltecas con hijas o hijos con enfermedades como leucemia.
La especialista observó que la falta de servicios médicos y de cuidados gratuitos orilla a estas mujeres a insertarse en empleos con ingresos de apenas 100 pesos diarios y sin ninguna prestación en salud.
“Todas estas situaciones estructurales van generando en ellas una serie de desventajas sociales que se acumulan y las están llevando a una pobreza que es un círculo sin salida, ya que es muy difícil que ellas puedan mejorar sus condiciones de vida, y sólo lo que hacen es ir subsistiendo día a día, pero no es una subsistencia sólo económica, sino también familiar y emocional por las tensiones y porque ellas ven la muerte como una forma de aliviar su situación”, dijo la experta en breve entrevista.
Asimismo, el investigador Luis Alberto Valdivieso, doctorante del Colegio de Michoacán y quien hizo una investigación sobre el uso del tiempo en familias del municipio de Valle de Chalco, Estado de México, y la cual reveló diferentes experiencias de mujeres y hombres que habitan la periferia de las grandes urbes.
El experto explicó que gran parte de la población del Valle de Chalco son personas migrantes que han sido desplazadas del campo, porque éste ha dejado de ser sustentable, pero cuando llegan a vivir a las periferias de las metrópolis no consiguen un empleo formal, y las mujeres se ven obligadas a desarrollar estrategias de subsistencia, como la venta de productos por catálogo o ingresar a la economía informal.
Los varones tampoco acceden a empleos y –según las experiencias de vida que Valdivieso indagó– ellos delegan el papel de proveedoras a las mujeres. La falta de servicios básicos y de un ingreso económico que cubra las necesidades elementales de la familia propicia la violencia intrafamiliar, las adicciones y la falta de un proyecto de vida personal, determinó el investigador.
“Las personas se retiran del mercado laboral cansadas, enfermas, con artritis (…). Desde la década pasada ya no se están creando empleos, sino que inició una restructuración de mercados de diferentes giros que dan trabajo sólo en la construcción y trabajos por cuenta propia. (El neoliberalismo) sacó a los campesinos del campo, los trajo a la ciudad y los convirtió en obreros, pero las personas añoran regresar a su pueblo a sembrar, sin que puedan hacerlo”, precisó Valdivieso.
La investigadora María Lucero Jiménez Guzmán, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias y quien fungió como moderadora de la mesa, dijo que estos casos concretos son una prueba de los efectos neoliberales en la vida de las mujeres, quienes –reafirmó– a través de impulsar “desde las bases” estrategias de trabajo colectivo, han buscado sortear el azote de estos efectos.