Opinión

CESARESARA MOSLEH MORENO

 

El número de cesáreas realizadas en Europa y América supera las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece una tasa del 10-15% como cifra normal de estas intervenciones. Algunos países, como Brasil, incluso cuadriplican esta tasa con un 55% de bebés nacidos en un quirófano.

La mayoría de las cesáreas son necesarias para no poner en peligro la vida de la madre o del bebé. Los riesgos que lleva aparejado el retraso en  la edad  de los embarazos  y que aumentan de forma notable con cada año cumplido, hacen que las mujeres embarazadas mayores de 35 años suelan necesitar una cesárea en un 60 % más de los casos. Otra de las causas en la que es necesario realizar un parto abdominal, es la existencia de ciertas enfermedades en la madre o en el niño, y también en el caso de embarazos múltiples.

Por el contrario, otras veces, las cesáreas son elegidas con anterioridad al alumbramiento de forma voluntaria por las madres, sin razones que las justifiquen. Es el caso de las llamadas cesáreas “de elección”, fruto de la desinformación y de los mitos existentes en torno al parto. Los motivos más habituales que llevan a las mujeres a elegir dar a luz en un quirófano son el miedo al dolor o a posibles problemas ginecológicos que más tarde requieran de una intervención quirúrgica. Además, en ocasiones, son  los propios médicos los que deciden realizar este tipo de intervenciones por temor a que algo salga mal durante el parto y sean demandados o, incluso, por comodidad, ya que un parto normal puede llegar a durar hasta 24 horas. Sin embargo, los factores más significativos a la hora de dar a luz en un quirófano o de forma natural son, sobre todo, el país donde vive la madre y el hospital donde tiene lugar el nacimiento, ya que es en los países de rentas medias o altas y en los hospitales privados es donde se realizan el mayor número de cesáreas.

La falsa creencia de que la cesárea es un procedimiento inocuo también juega su parte en el incremento de este tipo de intervenciones. Sin embargo, la cesárea tiene los mismos riesgos que cualquier otra intervención quirúrgica. A ello se suma el aumento del riesgo en futuros embarazos y la mayor propensión a tener problemas respiratorios que presentan los bebés nacidos por cesárea electiva antes de las 39 semanas, con respecto a los que nacen por parto vaginal o mediante una cesárea de emergencia.

Frente al incremento de los partos obstétricos, en los últimos años ha surgido un nuevo movimiento que aboga por alumbramientos en entornos más acogedores y alejados del hospital. En este tipo de nacimientos se mantienen las condiciones emocionales y posturales que la naturaleza tiene previstas y se propicia el contacto entre la madre y el niño, de forma que el parto se convierte en proceso biológico y natural.

Artículo del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

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