Opinión

gráficaCarmen R. Ponce Meléndez*

Cimacnoticias |

En unos días inicia un nuevo año. Usualmente se reflexiona sobre lo sucedido en este año y qué se puede esperar de 2016. A bote pronto, se tiene la cifra sobre el crecimiento de la economía del país para 2016. Según la proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se estima que la economía crecerá 2.6 por ciento, un crecimiento que sigue siendo muy bajo para las necesidades del país.

Dentro de lo acontecido en 2015, cuyos efectos son de mediano y largo plazo, están el absurdo incremento anual de los salarios mínimos, el aumento en las tasas de interés que se dio a conocer el pasado miércoles 16 de diciembre por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés) y un dólar fortalecido a más de 17.00 pesos.

El aumento de $2.94 pesos al salario mínimo (4.2 por ciento) mantiene y acentúa el rezago de 38 años que tienen los salarios, empobrece más a las trabajadoras y provoca más desigualdad con pobreza. Como se ilustra en la gráfica, el salario no se ha recuperado después de la crisis de 2008.

La proporción de personas –hombres y mujeres- que reciben más de cinco salarios mínimos ha disminuido y muestra una tendencia decreciente. Particularmente, desde 2009 no recupera el nivel que tenía antes de la crisis.

EMPOBRECIDAS

En 2006, antes de la crisis, 9.1 por ciento de las mujeres ganaba más de cinco SM y para 2015 esa proporción se redujo a 4.9 por ciento. Es decir, pasaron de 1.5 millones a 941 mil, una drástica reducción del 58.0 por ciento. Esas trabajadoras se empobrecieron y perdieron un nivel de vida, que se antoja irrecuperable. No en vano en 2015  el número de personas que pidieron préstamos al Monte de Piedad creció 25 por ciento.

Además, hoy 13.6 por ciento de la población ocupada gana un salario mínimo y son 3.6 millones de mujeres, el 18.9 de la población ocupada femenina. En los tres años de gobierno de EPN el SM ha perdido 9.65 por ciento de su poder adquisitivo.

MERCADO LABORAL Y TASAS DE INTERÉS

Esto significa que en México el mercado laboral no se ha recuperado y es muy precario, por los bajísimos salarios. Desde esa perspectiva, en el país no deberán aumentar las tasas de interés (el precio del dinero), ya que en Estados Unidos uno de los argumentos de la Fed -que fundamentaron el aumento-, fue la recuperación de su mercado laboral: incremento en los  salarios y mayor poder de gasto de los consumidores.

No obstante, el Banco de México ya aumentó la tasa de referencia de 3.0 a 3.25 por ciento, en la misma proporción que la Fed, y para 2016 en México la tasa de referencia será de 4.0 por ciento, medida aprobada por el Congreso.

REMESAS, PETRÓLEO

Algo similar sucede con las remesas. Han crecido, pero de ninguna manera se ha recuperado el nivel que tenían en 2007, antes de la crisis. Gracias a este crecimiento y al fortalecimiento del dólar, en este año se ha robustecido un poco el consumo interno, los dólares de las remesas rinden más.

Un dólar a 17.50 pesos y un precio del petróleo a menos de 30 dólares el barril son algunos de los signos de este año y pueden continuar en 2016. De 2013 a la fecha, la depreciación del peso es de casi 34 por ciento. Las divisas por remesas superan a las derivadas de las exportaciones petroleras y ha crecido el déficit de la balanza comercial, a pesar de que aumentó la exportación automotriz.

En este año que termina, para apoyar al peso y a los empresarios (también a los especuladores), Banco de México (Banxico) ha inyectado a la economía 24 mil 545 millones de dólares de las reservas internacionales. Un subsidio a los empresarios.

La debilidad de la moneda nacional tiene que ver con la caída de los precios internacionales del petróleo: 70 por ciento en los que va de esta administración. Y, con la volatilidad que provocó la expectativa del aumento en las tasas de interés, se acabó el dinero barato que sostuvo a la crisis de 2008. También se pueden acabar las inversiones financieras que tenían o tienen los países emergentes, pues ahora se prefieren inversiones en dólares.

Desde 2008 la tasa interbancaria estaba entre 0 y 0.25 por ciento, pero al aumentarse en un cuarto de punto porcentual, quedó en un rango de 0.25 y 0.50 por ciento. Los aumentos futuros serán graduales. Se espera que para finales de 2016 la tasa sea de 1.4 por ciento, siempre y cuando la economía estadounidense siga en franca recuperación, en especial mercado de trabajo y sector industrial.

LA PRÓXIMA DEVALUACIÓN

El próximo incremento de la Fed será en marzo-abril y, seguramente, días previos se especulará con el valor del dólar, que implicará mayor devaluación del peso.

Esta medida tiene efectos en todas las economías del mundo. ¿Cuáles pueden ser los efectos en México?

Se devalúa la moneda nacional y se encarecen los créditos, en especial los de corto plazo como el consumo (tarjetas de crédito), aunque también los hipotecarios se verán afectados, no tanto los que ya están contratados, sino los nuevos. También hay que considerar que la gran mayoría de los empresarios tienen sus créditos en dólares y para ellos también hay un efecto negativo.

Se estimula la inflación y se incrementa el costo del servicio de la deuda pública (intereses). De momento no se ha visto muy afectado el precio del dólar, pero en los siguientes meses es probable que esto suceda, sobre todo si se mantienen a la baja los precios del petróleo. Y, como lo confirmó la Reserva Federal, durante 2016 continuarán los incrementos en las tasas de referencia.

Las más afectadas por el encarecimiento del crédito son las pequeñas empresas y las minipymes, pues de por sí prácticamente no tienen acceso al financiamiento y más del 70 por ciento de sus créditos provienen de sus proveedores. Eso genera menor crecimiento y menor empleo.

Es probable que en 2016 crezca la inflación y se reduzca más del consumo, sobre todo el de las clases medias, usuarias de las tarjetas de crédito.

Durante estos tres años del gobierno de Enrique Peña Nieto, los niveles de crecimiento económico han sido muy mediocres y se gobierna con un nivel bajísimo de aceptación, con rechazo al Gobierno. El crimen de Ayotzinapa, la “Casa Blanca”, la inseguridad  y la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conjugados con la problemática económica, han provocado un justificado desencanto en la población. Desigualdad extrema y pobreza son los signos del país.

Los escándalos de corrupción continúan y las próximas elecciones de gobernadores en 2016 no permiten tener aire fresco; todo parece indicar que la mayor preocupación del Presidente es dejar al PRI, su partido, en el próximo gobierno, y medio administrar la crisis.

Su prioridad no está en la justicia social, ni en la desigualdad o pobreza de las mujeres.

¿REGRESA LA DERECHA?

Los aires políticos y económicos tampoco son muy buenos en Latinoamérica, Macri en Argentina, es decir la derecha antidemocrática regresando; los resultados de las elecciones en Venezuela y la crisis de Brasil podrían significar un regreso de la derecha, que también puja en Europa. Ojalá no.

Para las mujeres de México la próxima visita del Papa Francisco (en febrero de 2016) también tiene el riesgo de revivir o fortalecer el discurso y las posiciones más retrogradas sobre el aborto, el divorcio y en general el respeto al cuerpo. La grey católica  y concretamente el clero mexicano no se caracteriza por su feminismo o la defensa de los derechos de las mujeres, sus derechos como personas, los más elementales.

Finalmente, no hay que olvidar que el año que viene trae 365 oportunidades para mejorar

P.D.

“Changuitos” para que el nuevo presidente de Inegi no pertenezca la burocracia partidista o al nefando grupo “Atlacomulco”

¡Feliz año!

* Economista especializada en temas de género

 

 Twitter: @ramonaponce

e-max.it: your social media marketing partner