CARMEN GARCÍA MOLLÓN
Miriam tiene 24 años y vive en Argentina. Tiene tres hijos y está embarazada del cuarto. Quiere terminar la escuela y trabajar. Además desea que sus hijos tengan más oportunidades de progresar y vivir mejor que ella; “no quiero que sean como yo” decía. En el mundo hay 260 millones de ninis pero el estudio realizado por el Banco Mundial se centra en América Latina donde viven cerca de 100 millones de jóvenes de los cuales el 34% sólo estudia, el 33% solo trabaja, un 12% estudia y trabaja y el resto, 19%, ni estudia ni trabaja. Es decir, en torno a 20 millones de jóvenes son “ninis”; “Ni estudian, Ni trabajan”. Esto afecta a una de cada cinco personas de entre 15 y 24 años. En Paraguay, Argentina, Honduras, Salvador y Colombia han aumentado las cifras mientras que en Chile, México y Perú han disminuido. A través de este estudio se pretende conocer mejor la situación, los riesgos y sus posibles soluciones.
Son diferentes las causas que llevan a las personas a formar parte de este grupo; alrededor del 60% de las personas que viven en hogares pobres pertenecen a este grupo. Las mujeres representan dos de las tres partes de la población nini de América Latina debido a que se casan jóvenes y el embarazo en su edad adolescente. También los hombres han contribuido al incremento de la cifra de los ninis puesto que el empleo es limitado y cuando entran las mujeres a trabajar se reducen los puestos de trabajo para ellos. La causa más común es el abandono escolar para empezar a trabajar, después llegan el desempleo y la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo adecuado porque falta formación. “las empresas piden experiencia y cuando sales de la escuela no la tienes”, decía Abram.
La tasa de ninis de América Latina está por debajo del promedio mundial de 22% pero debe preocuparnos porque a medida que aumentan las personas que “ni estudian, ni trabajan” se reducen los ingresos. Esto lleva a la situación de que la persona que es nini hoy, dentro de 20 años, cuando esté en sus años de mayor productividad tendrá menos ingresos que quien no lo fue. No solo afecta a la productividad sino también incrementa la desigualdad. Además América Latina es la segunda región más desigual del planeta solo la supera el África Subsahariana según el Banco Mundial y el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS).
El fenómeno de no estudiar ni trabajar hace que aumenten la delincuencia, las adicciones y la desintegración social. Esto se basa en el estudio realizado que revela que México, entre 2008 y 2013, cuando se triplicaron las tasas de homicidios también se produjo un incremento en la cantidad de ninis.
Para reducir la cantidad de ninis hay que impedir el abandono escolar ya que es la principal causa de este fenómeno. “Algunos países sudamericanos y México, que tienen tasas bastante altas de abandono escolar en el bachillerato, pueden combinar sistemas de detección temprana para identificar a los jóvenes en riesgo de abandonar la escuela, con intervenciones socioemocionales y tutorías” explican los autores del estudio.
“Terminé de estudiar la secundaria y estuve meses sin trabajar ni estudiar porque no encontraba nada que realmente quisiera hacer” decía Walisson. Para evitar que sigan estas situaciones hay que apostar por la reinserción en el mercado laboral y mejorar la obtención de empleo; de este modo mejorará la situación de la población actual. El estudio realizado por el Banco Mundial recomienda aplicar programas de captación y emprender diseños innovadores que junto con la ayuda de los servicios públicos de empleo pueden mejorar el empleo de los jóvenes. Así evitar situaciones como la que vive Alan quien estudió una licenciatura pero le dijeron que “sino pagaba, no estudiaba”.
ARTÍCULO DEL CENTRO DE COLABORACIONES SOLIDARIAS (CCS)