CUAUHTÉMOC JARA FLORES*
Alejandro Tello ha ofrecido la oportunidad de evaluarlo y despedirlo o confirmar su continuidad; debe tomarse la palabra
El régimen neoliberal y las reformas estructurales que se hicieron más incisivas en el último sexenio, han despojado a cada ciudadano asalariado de los derechos ganados y a millones de mexicanos, garantizando que dejarán la pobreza extrema para ser pobres sin opciones, por lo que comprender cómo y por qué los electores zacatecanos decidieron votar por quien ha de gobernar por los próximos seis años es una operación de alcances metafísicos.
¿Será que somos aguantadores?, que si los europeos han sabido surgir de las cenizas de las guerras, nosotros hemos aprendido a vivir en la crisis, quien en México, en Zacatecas, no ha escuchado la frase “la situación está difícil”, siempre encontramos una vida cara, pero aun así la enfrentamos. Pero, entender por qué seguimos eligiendo a quien ha sido nuestro mayor verdugo es una reflexión que nos podría señalar distintas causas; tal vez la pobreza y la ignorancia han dado el triunfo al tricolor.
Alejandro Tello Cristerna ha dado a la ciudadanía zacatecana una opción: se comprometió a firmar un contrato con Zacatecas y decir ¡si no cumplo, me voy!, lo importante de este arrebato demócrata no radica en su impulsivo ofrecimiento, sino en entender que no es él quien determinará si se va o se queda, la puerta está abierta para que la sociedad zacatecana decida la continuidad de su gobierno, debemos presionar para que dicho ofrecimiento de saber si existe incumplimiento o no se lleva a cabo y se le deje a la ciudadanía determinarlo.
La revocación del mandato debe ser un instrumento que la ciudadanía debe poseer para enfrenar y frenar a los malos gobernantes, funcionarios y políticos. Alejandro Tello ha ofrecido la oportunidad de evaluarlo y despedirlo o confirmar su continuidad; debe tomarse la palabra y hacer del Contrato con Zacatecas un instrumento para que el ciudadano decida si se va o se queda a quien ha decidido emplear para gobernar el estado.
Es importante señalar que no será evaluado bajo los términos que el nuevo gobernador decida, sino en los términos de la gente, no es el nuevo gobernador quien ha de señalar que se le fiscalizará, sino que el ciudadano de a pie definirá, pues es éste quien vive la inseguridad, la pobreza, la falta de empleo, el despotismo de las burocracias estatales y municipales, la falta de oportunidades para seguir preparándose, quien no sabe si mañana podrá comprar huevo y tortillas con las monedas que encuentre en sus bolsillos.
Por lo tanto, el Contrato por Zacatecas debe ser la opción que otorgue la oportunidad para corregir el error de la primer elección, pues el ciudadano sólo tiene el voto como el único instrumento para castigar a los malos gobiernos, después de ahí se queda indefenso ante acciones que vulneran su economía, su bienestar, que hacen mal uso de los recursos públicos, que modifican los sitios históricos de la ciudad sin tomar encuenta parecer alguno, donde las memorias personales y de la comunidad se han forjado.
Permitir que sea la razón pública la que delibere por la continuidad o por la revocación de mandato significaría sentar las bases de una autentica democracia. Por todo esto, debemos tomar la palabra a Tello Cristerna y exigir que se someta a la mitad de su sexenio al juicio de la comunidad zacatecana, quien decidirá si continúa o se va.
*Licenciado en Ciencia Política y alumno de maestría en la UACS/UAZ