LA VOZ DE LA COALICIÓN
DANIELA TEJAS MIGUEZ*
Cimacnoticias
“Hoy promulgué una reforma histórica en Veracruz que protege el derecho a la vida” tuiteó el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, el 23 de agosto de 2016, casi un mes antes del 28 de septiembre, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe.
De esta manera confirmaba lo que muchas esperábamos con miedo y rabia: las y los legisladores de Veracruz habían decidido aprobar la iniciativa que castiga a las mujeres, enviada por el gobernador y que avalada por los grupos de derecha conservadora, reformó el artículo 4º Constitucional para "proteger la vida desde el momento de la gestación hasta su muerte natural".
En este contexto es que comenzamos esta conmemoración del día más importante del año respecto al aborto. Una efeméride que por mucho tiempo fue rememorada solamente a nivel regional pero que hoy en día se ha convertido en un evento internacional que le da visibilidad a todas las luchas que existen en el mundo para que el aborto sea legal, seguro y gratuito.
Sí, estamos ante un contexto muy adverso en México, con un gobernador cuyo gobierno no ha hecho más que permitir y generar violencia, impunidad y muerte en su estado, hablando (irónicamente) sobre proteger la vida. Sin embargo, este día, como casi todos en este país, nos tiene que servir para reflexionar.
Reflexionar sobre lo que está pasado para que la ola de acciones anti-aborto de la derecha conservadora no se haya podido frenar desde que pasó la ley en la Ciudad de México en 2007 y que ha hecho que Veracruz se haya convertido en el estado número 18 del país en promulgar reformas de este tipo.
Tenemos que dejar claro que los abortos no son acerca de la vida fetal ni de los bebés. El aborto es acerca de las mujeres, en tanto que somos ciudadanas cuyas vidas merecen ser vividas en el marco amplio de Derechos Humanos, felicidad y libertad. Decir cualquier otra cosa sería afirmar que las mujeres no somos sujetas morales por el hecho de estar vivas. No dejemos que sigan haciendo afirmaciones tan falsas como que una ley que criminaliza el aborto está protegiendo la vida.
Tenemos que exigir el aborto como un derecho. No es un favor ni una prerrogativa. Recordar siempre que el Estado y el gobierno están para construir espacios propicios para que las personas estemos seguras y podamos ejercer nuestros derechos; en este caso el derecho a la vida, la salud, la educación y la información.
Tenemos que difundir que a pesar de la reforma las causales siguen vigentes. Tenemos que exigir que se cumplan. Que los gobiernos estatales no se escapen de sus responsabilidades.
Tenemos que dejar claro que el aborto puede ser muy seguro y que hacerlo legal ha demostrado ser una forma contundente de lograr la seguridad. Vamos a dejar de igualarlo a un legrado, vamos a dejar de reproducir la idea de que el aborto es sinónimo de litros y litros de sangre; tenemos que negar que el aborto sea sinónimo de muerte.
Hay que decir claramente que los prejuicios y el miedo juegan un papel importante en determinar la experiencia subjetiva de las personas. Tenemos que reflexionar qué papel juegan los videos, imágenes y palabras que se dicen respecto al aborto y qué tanto influye el aborto en sí mismo, al evaluar si la experiencia fue positiva o no.
Paralelamente, tenemos que tener en mente que los mensajes de la derecha conservadora están respaldados por argumentos seudocientíficos y observaciones no basadas en evidencia ni en datos duros. Son mentiras y generalizaciones que buscan desvirtuar la importancia que tiene para la salud física, mental, emocional y social de las mujeres, tener opciones reproductivas.
Es por lo anterior que exigir un Estado laico es de suma importancia. Esto significa: las autoridades civiles son distintas y autónomas de las autoridades religiosas; ninguna religión debe de ser privilegiada con prebendas o beneficios políticos, y sobre todo, los líderes religiosos no pueden oponerse a las leyes del país o sus instituciones, de acuerdo al artículo 130 Constitucional.
En el caso de Veracruz, por poner un ejemplo, hubo una clara violación del Estado laico cuando el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, declaró que “hay ya una palabra del gobernador (Javier Duarte), una palabra de varios legisladores, y esperamos que sí cumplan” refiriéndose a la iniciativa al 4° Constitucional aprobada.
Ahora bien, ante este panorama desesperanzador, lo más importante es dejar claro que sí hay muchas personas que estamos a favor del aborto.
Estamos a favor del aborto como un evento común en la vida de las mujeres que puede potenciar su libertad y su autonomía. Estamos a favor del aborto como un procedimiento médico que protege y salvaguarda la salud de las mujeres. Estamos a favor del aborto como una experiencia que puede desencadenar otras decisiones positivas que mejoren la vida de las mujeres: dejar relaciones tóxicas, acceder a más educación, tener condiciones para cuidar mejor a otros hijos e hijas y ponerse a ellas mismas en el centro de su vida.
Este 28 de septiembre, Día por la despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, digámosle al mundo que conocemos a alguien que ha tenido un aborto, y todas las personas tenemos que hablar de ello con mayor honestidad.
Paremos de hacerle juego a una narrativa tramposa, mentirosa y negativa. Confrontemos. Reflexionemos. Dejemos de estar a la defensiva. Digamos que el aborto puede ser seguro. Gritemos que el aborto puede ser una experiencia positiva. Exijamos nuestros derechos. Castiguemos a aquellos que violan el Estado laico. Y sobre todo, tengamos un posicionamiento claro a favor del aborto, a favor de la vida de las mujeres. Sólo así podremos decir que Veracruz fue el último estado que pasó una reforma que castiga y criminaliza a las mujeres.
*Daniela Tejas Miguez es colaboradora de Balance y Fondo de Aborto para la Justicia Social MARIA @danitemi
**Balance es parte de la Coalición por la Salud de las Mujeres, una red de organizaciones civiles con trabajo en salud y derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.