Carmen R. Ponce Meléndez* / Monedero
Cimacnoticias | Ciudad de México
Más de lo mismo dicen los medios cuando opinan del paquete económico 2018 que la Secretaría de Hacienda entregó al Congreso el pasado 8 de septiembre, con el fin de que sea discutido y aprobado.
Una revisión de las cifras contenidas en los criterios generales de política económica y del discurso confirman que no habrá crecimiento económico y esa retórica “ de los beneficios de las reformas estructurales” está muy gastada, la evidencia es justamente lo contrario, no hay tales “beneficios”.
Sin crecimiento económico por tantos años, o uno insuficiente (2.6 por ciento del PIB), sin inversión, las necesidades sociales seguirán insatisfechas para la gran mayoría de la población, como sucede actualmente, hay una gran desigualdad con pobreza y no hay una respuesta del Gobierno.
Como bien dice el Maestro Manuel Gil Antón, de El Colegio de México: “me gustaría tener pasaporte para ir al país que dibuja el señor Presidente en sus discursos” –en este caso en su política económica planteada por Hacienda-. Ese país también se llama México pero no es el que todos conocemos y padecemos.
¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CIFRAS DEL PROYECTO DE POLÍTICA ECONÓMICA PARA 2017?
Un crecimiento del PIB de 2.0 a 2.6 en este año y 2.0 a 3.0 por ciento en 2018, es decir, seguir estancados. Inflación del 3.0, cabe señalar que actualmente rebasa el 6.0 por ciento. ¿Cómo la van a bajar al 3.0? quién sabe, pero resulta poco creíble.
El tipo de cambio se estima en 18.2 pesos por dólar. Contempla un precio promedio anual para la mezcla mexicana petrolera de exportación de 46 dólares por barril y una plataforma de producción de un millón 983 mil barriles diarios.
Los ingresos del próximo año serán por 4.7 billones de pesos, un aumento de 3.6 por ciento respecto a la cifra aprobada para 2017, apoyados principalmente por la recaudación tributaria. En tanto, los egresos serían por 5.2 billones de pesos.
¿CÓMO SE PROYECTA EL GASTO PÚBLICO EN LAS DEPENDENCIAS?
Se destinan más recursos a la seguridad nacional. Las Secretarías que más verán incrementar su presupuesto serán la de Marina, con 13.4 por ciento más, equivalente a 3 mil 700 millones de pesos; y la de la Defensa Nacional, que obtendrá 8 mil 300 millones más que lo aprobado en 2017, un incremento de 11.4 por ciento.
En contraste, el gasto social (Educación, Salud y Desarrollo Social) se reduce en 9.7 por ciento, respecto al de este año. Para variar el recorte más alto está en Salud (-4.5) y es criminal, porque están jugando con la vida y salud de millones de personas, muy en particular de las mujeres. Ya sea las que cuentan con seguridad social o las que carecen de este beneficio y que son la mayoría, desgraciadamente.
Además hay otros recortes igual de negativos por su impacto en la población y en el desarrollo del país. Es el caso de las reducciones el gasto destinado a Cultura y Conacyt, 30.7 y 23.3 por ciento, respectivamente en este año. Para 2018 también se reduce su presupuesto, ahora en 4.7 para Conacyt y 10.0 por ciento en Cultura.
Francamente un gobierno que decide fortalecer el gasto militar y reducir el destinado a cultura deja mucho que desear, por decir lo menos. Este proyecto de presupuesto se parece mucho al que planteó recientemente Trump en Estados Unidos.
El caso de Conacyt es muy grave, es el segundo año que le reducen su presupuesto y se trata nada más y nada menos que del posible desarrollo científico y tecnológico del país, que tanta falta hace; de la formación de recursos humanos altamente capacitados para la innovación tecnológica, que le permita al país competir internacionalmente y dejar de ser un país maquilador, como lo es actualmente, cuyo único valor agregado es la mano de obra barata y descalificada.
Para rematar este cuadro resulta que la inversión física ha tenido una caída de 5.9 por ciento en el período 2016-2010. En 2016 era 3.8 del PIB y para 2017 el proyecto es reducirla a 2.7 por ciento del PIB, ¿de qué se trata? Para 2018 se estima que la inversión física sea 2.5 por ciento del PIB, menor al monto actual.
En el largo plazo (2017-2011) la intención es reducirla en 28.0 puntos porcentuales. Hasta la iniciativa privada protesta por estos montos de los cuales ellos dependen mucho.
Cada vez menos inversión, por tanto menos crecimiento –la inversión privada es insuficiente-, menos empleos y claro seguir estancados, dependiendo de la inversión extranjera como hasta ahora. Más de lo mismo.
Pero no está dicha la última palabra, falta la intervención de los diputados que arreglen medianamente estos entuertos, claro no van a cambiar la orientación rígida y ortodoxa de la política neoliberal, ellos forman parte de ese proyecto.
Lo que sí pueden lograr (si se lo proponen) es aumentar el gasto social y el de Conacyt, también el de cultura. Que la reducción de gasto en Salud no sea tan alta, de hecho necesitan un incremento en su gasto. Lo ideal es que lograran un crecimiento en el gasto de inversión ¿Será mucho pedir?
* Economista especializada en temas de género
twitter @ramonaponce