Teresa C. Ulloa Ziáurriz/Mujeres Cautivas
Cimacnoticias
El pasado 10 de mayo en muchas calles y plazas de nuestro país se escucharon consignas como: “¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos, dónde están?, Ahora, se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables, Vivos se los llevaron, vivos los queremos, Las desapariciones no son un caso aislado, son políticas de Estado, 10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta”.
“¡No están solas!”, fue el mensaje que dieron representantes de organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales a las madres de desaparecidos durante el mitin posterior a la VII Marcha de la Dignidad Nacional.
Jan Jarab, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, señaló que las mujeres que están luchando por encontrar a sus hijas e hijos son ejemplo para la sociedad por su valentía y coraje.
Hilda, representante de los 43 normalistas de Ayotzinapa, expresó que “es muy difícil explicar el dolor que tenemos como madres y por el amor que le tenemos a nuestros hijos salimos a las calles para ser escuchadas”.
Jesús, en representación de los cineastas asesinados de Jalisco, también expresó a las mamás de desaparecidos que “su búsqueda es nuestra búsqueda, no están solas” e hizo un llamado a las autoridades. “Estamos hartos de esta tonta estrategia contra el narco, reconozcan que fracasó”, dijo en un mensaje a las autoridades.
Antes, con el puño en alto, paso decidido y voz viva, el grito de justicia retumbó en la capital mexicana y en cientos de ciudades más, donde miles de mujeres, en el Día de las Madres, exigieron que los casos de sus hijas e hijos desaparecidos, secuestrados, ejecutados y víctimas de feminicidio, de delitos en materia de trata de personas no se olviden y recordaron que el pasado 10 de mayo no tenían nada que celebrar.
Y así como en la Capital del país, madres de desaparecidos salieron a las calles de ciudades de Coahuila, Chihuahua, Zacatecas, Sinaloa, Nayarit, Michoacán, Morelos y Veracruz. Se leyeron en todas las marchas, una larga sucesión de nombres, solo una parte de las más de 35 mil personas no localizadas en todo el país, según datos oficiales. Cantidad que durante este sexenio se ha incrementado en más de 7 mil desaparecidas y desaparecidas y miles de víctimas de homicidio, feminicidio, secuestro, delitos en materia de trata de personas y un larguísimo etcétera.
“No tenemos nada que celebrar”, sentenció una madre veracruzana, cuyo hijo, Brian Jesús, desapareció junto con otros seis jóvenes en abril de 2016 cuando acudió a una supuesta entrevista de trabajo. Tras dos años no ha habido respuesta de las autoridades y el caso se encuentra en un callejón sin salida.
En sus recorridos, las madres alzaron sus mensajes de esperanza: “Hasta encontrarlos, no desistiremos, Presentes siempre” e hicieron llamamientos a los ciudadanos para que se sumen a una “lucha” que, aseguran, es de todos.
Muchas madres manifestaron que los trabajos de investigación los realizan las madres “porque las autoridades no hacen lo que deben hacer”. Afirmaron que falta que los funcionarios se “sensibilicen” porque los familiares son reiteradamente re victimizados, primero al decirles que se esperen, que no les levantan la investigación hasta que pasen 72 horas, porque seguramente se fue con el novio, o bien les dicen que no tienen una bola de cristal para adivinar dónde están sus hijas. En una ocasión, uno de ellos le dijo a Juana que “él no tenía una bola de cristal para adivinar dónde estaba” su hija.
En Cuernavaca, Morelos, la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, Víctimas y Ofendidos del Estado de Morelos, Ana Karen Vive, el Frente de Víctimas del Estado de Morelos y el Colectivo de Regreso a Casa es nuestra Búsqueda dijeron, después de una marcha que atravesó la Ciudad por la Avenida Zapata y Morelos, hasta la Plaza de Armas, en la Ofrenda donde, entre otras cosa, manifestaron que:
“Hoy, cuando en muchos hogares se celebra el Día de las Madres, miles de madres en todo el país y cientos en el estado de Morelos no tenemos nada que celebrar.
“Estamos aquí para denunciar la corrupción que prevalece en la Fiscalía General del estado de Morelos, en la Comisión Estatal de Seguridad Pública y en el Poder Judicial Estatal. Dichas instituciones, no respetan los derechos de las víctimas, ni equilibran los derechos de acceso a la justicia y verdad, así como el debido proceso, dando privilegios a los presuntos responsables, lo que ocasiona altos niveles de impunidad, miles de madres morelenses, algunas silenciadas por el miedo y el terror, otras frustradas por toda la indiferencia, corrupción, negligencia y omisión.
“Estamos unidas por el mismo dolor, por la ausencia de nuestras hijas e hijos. Hemos derramado lágrimas, pasamos noches en vela y seguimos esperando los resultados de las autoridades que no llegan.
“La indiferencia de las autoridades, la reiterada negación de la realidad, el querer silenciar a los medios de comunicación son las características de este gobierno, quien pretende engañar a la opinión pública, los problemas no se resuelven escondiéndolos bajo la alfombra y menos cuando la indiferencia ocasiona mucho dolor a las madres.
“Estamos aquí para exigir que se busquen a nuestras hijas e hijos desaparecidos, que se castigué a los secuestradores, asesinos y feminicidas.
“También estamos aquí para exigir rendición de cuentas y transparencia, alto a la impunidad, a la corrupción, al dispendio de los recursos públicos que se necesitan para la búsqueda de nuestros seres queridos.
“Queremos decirles que no estamos vencidas y que no tenemos nada que celebrar, como miles de madres en todo el país; estamos aquí muertas en vida.
“Seguimos en la lucha exigiendo y cada día a día nos vamos a unir y a sumar a tantas madres, hermanas, esposas, hijas, novias, amigas que sufren por los mismos motivos por los que nosotras estamos aquí, en este camino que no tiene regreso hasta que logremos verdad, justicia, reparación integral y la garantía de la no repetición.
“No nos han derrotado con su indiferencia y su ineptitud y no nos vamos a callar.
Y hoy 10 de mayo venimos a decirles que si no pueden, renuncien.
“Un corazón no muere cuando deja de latir, el corazón muere cuando sus latidos ya no tienen razón de ser”.
*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, (CATWLAC por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR