Manuel Ibarra Santos
La Universidad Autónoma de Zacatecas (con 188 años de existencia y refundada con una visión moderna en 1968), experimenta en el actual contexto de emergencia sanitaria, uno de los periodos más complejos y críticos <al nivel de la asfixia>, en sus más recientes 50 años de historia. La gobernanza y gobernabilidad de esta importante institución está atada, en mucho, a la definición de las políticas públicas del Estado Mexicano en materia de educación superior, pero también a la acción responsable de sus trabajadores, en especial del gremio de sus académicos (casi 3 mil), que mucho han influido desde el SPAUAZ, a mantener un clima de estabilidad política y laboral.
El rector Antonio Guzmán Fernández ha encabezado, tal vez en contra de su propia voluntad, una administración atípica y de contingencia, a la que se sumaron los efectos devastadores de la pandemia sanitaria del covid-19, etapa rectoral en la que han prevalecido varios factores: 1).-La herencia de altos niveles de pasivos y fuertes indicadores de endeudamiento; 2).-La falta de liquidez y escasez de recursos, incluso para cubrir la nómina; 3).-El sacrificio de la cobertura y los proyectos académicos de calidad, para atender los compromisos económicos; 4).-La aparición interna de la epidemia de la violencia, como nunca; y 5).-La alteración del calendario para renovar los diferentes niveles de representación de la autoridad universitaria.
Este último escenario, bien puede conducir a la designación probable, nada descartable, de un rector interino de transición, luego de que se cumplan los tiempos formales del rectorado actual.
La situación profundamente critica que vive la Universidad no tiene parangón ni referente comparativo en las crónicas recientes. De la década de los setentas a la fecha, podemos enumerar al menos dos procesos difíciles en la historia de la UAZ: i).-El asalto violento de la rectoría en 1977 por un grupo “conservador”, que permitió derivado de la lucha construir y recrear en la comunidad universitaria una nueva conciencia colectiva en defensa de la autonomía, y ii).-La etapa traumática de los ochentas que condujo a la reconformación interna de las fuerzas políticas y a la reordenación administrativa que, limitó por lo menos en esa fase, la llamada influencia “frentista” en las decisiones de la Máxima Casa de Estudios. Pero tal vez ningún periodo tan complejo como éste.
Ahora, la emergencia sanitaria trae consigo a las instituciones de educación superior una serie de grandes desafíos. Hoy todos los especialistas coinciden en la exigencia de levantar las columnas, en la era post /pandemia, de un nuevo paradigma de Universidad.
En este entorno de profunda crisis transformadora, lo recomendable es sumar esfuerzos para apoyar a la Universidad Autónoma de Zacatecas en su tarea de contribuir a la formación profesional de los jóvenes. Y esta es una responsabilidad de todos.
LA UNIVERSIDAD Y SU REESTRUCTURACIÓN.
La UNESCO ha señalado en sus investigaciones recientes que las instituciones de educación superior en el mundo sufrirán, producto de los efectos de la emergencia sanitaria, al menos 125 cambios en su organización, lo que motivará el que aparezca un nuevo modelo de Universidad. Dichos ajustes se pueden agrupar en seis bloques:
Primero, la pandemia está propiciando cambios trascendentes que movieron ya desde sus raíces las estructuras de las Universidades; Segundo, se han consolidado nuevas formas enseñanza-aprendizaje, de metodologías, de procesos de evaluación, de contenidos, de organización y de ambientes físicos escolares; Tercero, surgieron medidas sanitarias inéditas que obligadamente se tendrán que cumplir para garantizar la salud colectiva y el control de éste o futuros virus; Cuarto, se inducirán ajustes e impactos en la organización del personal académico y administrativo, así como en la cultura interna; Cinco, las políticas públicas de los Estados/Nación en materia de educación superior, adquieren nuevos desafíos y retos; y Sexto, la sociedad reclamará de las Universidades una oferta de servicios educativos totalmente diferente, a las registradas previo a la contingencia.
Las agencias culturales internacionales anticipan que el covid-19 tendrá consecuencias fatales en todas las líneas de organización de la educación superior.
En Zacatecas se requieren políticas audaces y efectivas de promoción y apoyo a la educación superior, nivel de enseñanza que registra enormes y profundos rezagos. Si no se hace eso, entonces, se profundizarán en la entidad los niveles de subdesarrollo y atraso.
LA GOBERNABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD Y EL SPAUAZ.
En reiteradas ocasiones para resolver la insolvencia financiera de la Universidad, el SPAUAZ ha autorizado de sus recursos préstamos económicos, para cubrir la nómina de los trabajadores de la UAZ. Esto ha contribuido a mantener la gobernabilidad de la institución. Por enésima ocasión lo ha hecho. Una actitud para reconocer.
A esto ha contribuido mucho la madurez institucional y la disponibilidad del dirigente Pedro Martínez Arteaga, un aliado comprometido con la defensa de la Universidad, quien ha dispuesto lo necesario para facilitar la transición en el SPAUAZ.