Opinión

20200430 121616Carmen R. Ponce Meléndez/ Monedero

Cimacnoticias

“Las principales actividades de los jóvenes en el narcotráfico son sembrar, halconear, ser pistolero, trasladar pequeñas cantidades en distancias cortas… obteniendo ganancias superiores a las que obtendrían en cualquier trabajo legal con su calificación escolar”.  Juventud, trabajo y narcotráfico, dicen los autores de “Inserción de los jóvenes en organizaciones delincuenciales”, Hugo César Moreno y Maritza Urteaga (Coordinadores), de la editorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Un aspecto central en las tareas de cuidados es y sigue siendo el trabajo que significan los cuidados para la niñez o jóvenes, especialmente en su educación. Durante la pandemia se presentó un plus de estos trabajos debido entre otras cosas a la educación virtual, así como la cancelación de guarderías para la primera infancia.

Para evitar la expansión de la pandemia prácticamente se canceló la educación presencial y se sustituyó por una educación virtual con diversas modalidades en cada país, en todos sus niveles, desde preescolar hasta posgrado, y en toda América Latina, excepto dos países, uno de ellos es Nicaragua, “cuyos resultados son muy cuestionables” de acuerdo con datos de Unesco-Cepal.

Las razones de esta determinación son mulifactoriales, entre otras, la escasa infraestructura de las escuelas públicas para aplicar los protocolos sanitarios que exige la pandemia. En lo inmediato, el resultado más visible ha sido trabajo adicional, y trabajo duro que se centra en las mujeres.

Se demostró que el apoyo de las actividades escolares básicamente descansa en las mujeres.

Para el nivel preescolar un 91.7 por ciento lo realizan ellas, es decir, niñez de 3 a 5 años de edad, una etapa donde la atención para la alimentación también es fundamental, igualmente es esencialmente trabajo femenino. En cambio el apoyo masculino para educación es mínimo, del 8.4 por ciento. 

La participacion masculina más alta es en secundaria con 10.2 por ciento, ¿dónde quedó la igualdad de género? Son datos de la encuesta para la medición del impacto Covid-19 en la educación (Ecovid-ed) 2020, Inegi.

A menor edad de la niñez menor atención masculina, algo que coincide con la idea ortodoxa y tradicional de la paternidad, desde una perspectiva patriarcal. Un elemento central en las reivindicaciones de feministas o en general de mujeres en busca de la igualdad es la construcción de nuevas masculinidades y el rol de la paternidad bajo una mirada igualitaria, acorde a las necesidades de una sociedad del Siglo XXI, donde las mujeres no vivan sometidas a una esclavitud permanente y misógina.

¿Qué ha sucedido con la educación de la niñez y las juventudes  bajo las condiciones de la pandemia y con el apoyo incondicional de las mujeres?

Según la Encuesta de Inegi, para el ciclo escolar 2020-2021 se inscribieron 32.9 millones (60.6 por ciento de la población de 3 a 29 años). Por motivos asociados al COVID-19, o por falta de dinero, o recursos, no se inscribieron 5.2 millones de personas al ciclo escolar 2020-2021.

Adicionalmente está toda la niñez o la juventud que desertó durante el ciclo escolar debido a dos motivos esenciales: falta de recursos porque alguien de su hogar perdió su empleo o bien, le redujeron los ingresos. En medio superior -una etapa definitoria- 25 de cada cien estudiantes desertaron por falta ingresos y 18 por ciento porque necesitaban trabajar.

El otro motivo igual de importante es: “perdieron el contacto con las o los maestros o no pudieron hacer la tarea”; en conjunto ambos significaron 5 de cada 10 estudiantes y en realidad ese segundo elemento significa falta de recursos técnicos y escasa comunicación, que se relaciona con pobreza (veáse gráfica).

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Ahora, la precariedad con que se ha realizado la educación se expresa claramente en los tipos de herramientas digitales utilizadas. En primer término es el teléfono inteligente, esa es la herramienta para más de la mitad del estudiantado (65.7 por ciento); en tanto que la tablet apenas representa 3.6 por ciento, resulta que sólo 3 de cada cien estudiantes tienen acceso a la herramienta de este Siglo.

Confirma que la crisis económica fue y es fundamental, 25.3 de cada cien familias señaló que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo, este elemento incide en forma definitiva en la educación media superior, ahí se presenta nivel más alto de deserción.

La juventud del país se ve obligada a incorporarse al mercado laboral para aportar ingresos a sus familias, en condiciones por demas precarias, tanto por su nivel educativo como por las condiciones que privan en el mercado de trabajo. De hecho en donde sí se inician es en el crimen organizado y en calidad de sicarios, el nivel más bajo de ese escalafón con los “encargos” más terribles.

Perder la oportunidad de educarse en un país con tanta pobreza no es grave, es ¡GRAVÍSIMO!, se cancela el futuro posible, la pobreza intergeneracional se acentúa igual que la escasa capilaridad social que pueda exisitir. Justamente esa es una de las “ofertas” que les hace el narco a niñez y juventud, que ahí sí existe movilidad social, opciones para mejorar, claro a costa de sus vidas.

El abandono de la escuela o la deserción por falta de recursos económicos es en su gran mayoría en escuelas públicas con 1.8 millones, en tanto que en las privadas la cifra es mucho menor, 243 mil estudiantes. Eso es pobreza, como causalidad central.

Habría que recordar algo que prácticamente no se menciona. Sin clases presenciales la niñez que recibía los desayunos escolares del DIF -y que era su principal y a veces único alimento-, ahora ya sólo reciben lo que les pueden dar en sus hogares, algo bastante limitado en buena parte por los ingresos de las familias, no sólo rurales también urbanas.

De nuevo, al inicio de la pandemia era y sigue siendo indispensable generar apoyos para la población más afectada: un seguro de desempleo, el apoyo de un ingreso universal, créditos importantes para el confinamiento de las personas, para micro y pymes y otras cosas igual de importantes, como mejorar la distribución del ingreso.

Es impostergable una inversión robusta en educación en tanto, anuncian el regreso de clases presenciales. Las autoridades ya iniciaron los preparativos para vacunación de docentes desde nivel básico hasta el superior en cinco entidades, parte del programa para el regreso a clases presenciales y arranca con Campeche.

PD:

¡Bravo por nuestra maestras y maestros!, dieron y siguen dando una valiosa batalla por la educación

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