Opinión

rezgos educativos zacManuel Ibarra Santos

            La movilización magisterial de los más recientes días asociada a la demanda por el cumplimiento del pago de salarios, ha mostrado la realidad de fondo de un sistema educativo conmocionado por los bajos niveles históricos de aprovechamiento escolar y la necesidad urgente de recuperar los aprendizajes significativos, pues de lo contrario eso puede conducir a una “catástrofe generacional” de futuros ciudadanos sin la capacidad de crear bienestar y riqueza social, por no contar con los conocimientos y habilidades formativas indispensables para ello.

            Por ese motivo, el sistema de enseñanza público en Zacatecas se encuentra en una auténtica encrucijada: O se emprende con eficiencia y con políticas claras, la recuperación educativa y/o de lo contrario la catástrofe generacional se profundizará, resultado de la débil formación escolar en la actualidad, de los ciudadanos del mañana.

            Todo parece indicar que en cuestión se días se estará cubriendo por fin el pago de salarios a los trabajadores de la educación afiliados a la Sección 58 del SNTE y al SITTEZ, producto de las gestiones conjuntas emprendidas por el gobernador David Monreal y organizaciones sindicales, para obtener el apoyo con recursos extraordinarios de la administración federal.

            Lo deseable será que, luego de esto experiencia fatal y tormentosa, se sienten las bases financieras para garantizar, en forma definitiva, el cumplimiento de compromisos económicos con los trabajadores de la educación, por una simple razón: sin maestros y maestras tratadas socialmente con dignidad, será imposible aspirar a una educación de excelencia y de calidad.

            Sin embargo, para atender no sólo lo urgente, sino también lo importante, en la agenda de atención de los problemas educativos zacatecanos, no sólo se tendrá que procesar el tema económico y financiero, sino colocar igualmente en la mesa del debate público, la definición de estrategias de cómo recuperar los aprendizajes significativos y de calidad, de un sistema escolar como el zacatecano que ocupa uno de los últimos 10 lugares del ranking nacional, en indicadores de aprovechamiento.

           Hasta antes de la pandemia sanitaria, el sistema educativo zacatecano ya enfrentaba una aguda crisis por la pobreza de los aprendizajes que ofrecía a sus alumnos de educación básica. Estos problemas ahora se han agravado de manera exponencial, por la presencia devastadora del coronavirus.

            Es cuestión de recordar y recuperar la memoria: a finales del 2019 los resultados de la prueba PLANEA ubicaron a Zacatecas en los lugares 30 y 31 en el país, pues sus alumnos de educación básica (en más de un 50%) se posicionaron en el nivel de “insuficientes”, en el manejo de habilidades matemáticas y de comunicación y lenguaje, cuando la media nacional en promedio era del 32%. Eso se tipificó como una tragedia.

            La crisis de los aprendizajes significativos y de calidad en Zacatecas no se atendió, en una actitud irresponsable por parte de la autoridad educativa de entones, y ahora estos se han agravado y profundizado por la presencia del Corv-Sar-2. Porqué no admitir que esta es una herencia perniciosa de gobiernos pasados, que ahora hay que enfrentar con racionalidad

            Por dichos factores, el sistema educativo zacatecano se encuentra en la actualidad en una profunda encrucijada, determinada por siete crisis: 1).-La técnico/pedagógica y de los aprendizajes significativos; 2).-La de los rezagos digitales; 3).-La económica/financiera; 4).-La de cobertura; 5).-La de los rezagos escolares ancestrales; 6).-La ausencia de un sistema sólido y moderno de formación de docentes; y 7).-La crisis  asociada por la presencia de un modelo de gestión administrativa altamente burocrático e ineficiente, que es pertinente transformar.

            Con todo esto, bien podemos afirmar que la educación en Zacatecas habita en un edificio con múltiples cuarteaduras, que se debe procesar y atender con un enfoque integral.

            LA FEDERALIZACIÓN DE LA NÓMINA:

            Técnica, política y jurídicamente es posible, la federalización de la nómina magisterial de Zacatecas.

            El artículo 26 de la vigente Ley de Coordinación Fiscal Federal establece la responsabilidad del gobierno de la República de apoyar con “recursos complementarios” a los Estados, para que estos puedan ejercer y cumplir con sus atribuciones en materia educativa. No dice lo contrario y eso es una ventaja.

            Dicha Ley fue reformada en el mes de diciembre del 2013, con la finalidad de incorporar el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE), iniciativa que re/concentró en el gobierno de la República, el pago de salarios de todos los trabajadores de la educación que fueron transferidos a las entidades federativas, en 1992, con la firma del Acuerdo Por la Modernización de la Educación Básica y Normal (ANMEBN).

            El artículo 27 de la misma base normativa incorpora el concepto de “trato con equidad”, a los Estados del país en materia de financiamiento educativo.

            Por lo tanto, jurídicamente no hay impedimentos para la federalización de la nómina magisterial de Zacatecas. Se requieren sólo voluntad y recursos del gobierno de López Obrador. El segundo elemento es el que está muy escaso.

           

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