Opinión

Semaforo VerdeIrónicamente, los países más desarrollados se exhibieron como los menos indicados para dar ejemplo de cómo atender una crisis sanitaria

Filomeno Pinedo Rojas

El 20 de marzo del 2020, decenas de millones de mexicanos se confinaron en sus hogares para enfrentar la pandemia que aún recorre el mundo, con estragos incuantificables. Irónicamente, los países mas desarrollados se exhibieron como los menos indicados para dar ejemplo de como atender una crisis sanitaria de esta magnitud y mostraron que no existe la solidaridad humana con los pueblos que menos tienen.

Las personas fallecidas en el mundo, por esta nueva enfermedad, superan los 6 millones 104 mil, según el conteo, en tiempo real, de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos, país que acumula 997 mil 930 pérdidas humanas, y que representa 3 mil 30 muertes por cada millón de habitantes que la tasa de mortalidad más alta de todos los países denominados de primer mundo y la tercera en América, solo por debajo de Perú y Brasil.

En el recuento, con corte al 20 del actual, México, con 322 mil 72 decesos, y en semáforo verde total, ocupa el quinto lugar en número de fallecidos en los países del mundo, con 2 mil 556 muertes por millón de habitantes, que significa una mejor gestión de la pandemia que el vecino del Norte, no obstante carecer de menos recursos económicos, científicos, personal e infraestructura de salud para atender la emergencia.

En cuanto a vacunación, resalta el hecho de que Cuba, único país latinoamericano que cuenta con producción de sus propios antígenos, ha aplicado el equivalente a más de 3 dosis a toda su población, convirtiéndose en el país más protegido de la tierra contra la nueva enfermedad y el que más contingentes de personal médico envió a varios países para apoyar en la atención de pacientes de covid-19, sin importar el cerco económico a que es sometido desde hace mas de medio siglo por los sucesivos gobiernos de Norteamérica.

Destaca también Chile como el tercer país mas vacunado del planeta y en un onceavo lugar Uruguay. Ningún otro país americano se ubica entre los primeros 20 que más han protegido a su población contra los efectos del contagio, y ninguno de estos es ubicado como país desarrollado, mucho menos como potencia económica o científica.

En otro aspecto, y a pesar de ser el origen de la pandemia, China jugó un papel relevante, sino es que vital, para casi todos los países del mundo, convirtiéndose casi en el único proveedor de materiales, equipo e instrumental médico para proteger a miles de millones personas y atender al elevado número de pacientes que rebasaron toda capacidad de gobiernos y empresas y, posteriormente, en la producción y abasto de vacunas.

La inmovilidad a que fue sometida buena parte de la humanidad durante estos dos largos años de pandemia, ha tenido efectos devastadores para la sociedad y economías de la mayoría de los países, con la destrucción de micro y medianas empresas, desempleo, incremento de la pobreza, deterioro de la salud física y psicológica, desórdenes políticos, mayor concentración de la riqueza y, medidas de autoritarismo de varios gobiernos, para someter a la población con clara violación a los derechos humanos.

La nueva normalidad que ha surgido, lejos está de haber unido más al mundo luego de tan dramática y larga experiencia. La esperanza es que se aprovechen las lecciones de este período en los distintos aspectos para beneficio de la vida humana.

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