Manuel Ibarra Santos
Ante los escenarios de criminalidad que hoy experimenta nuestra sociedad, al iniciar en Zacatecas el ciclo escolar 2022/2023, con el retorno presencial a clases de casi 500 mil alumnos, en más 5 mil escuelas de todos los niveles, es pertinente reivindicar el valor de la educación como componente para construir una sólida cultura de paz y la no violencia.
Para lograr ese objetivo de pacificar a la sociedad, se cuenta en la entidad con el ejército cultural más numeroso, encarnado en la presencia de más de 45 mil trabajadores de la educación, que se despliegan a lo largo y ancho de la geografía zacatecana, localizados ellos en el desempeño de sus tareas pedagógicas, incluso en las comunidades más alejadas y remotas.
Cimentar una muy bien enraizada cultura de paz y la no violencia en Zacatecas es, inequívocamente, una de las tareas más prioritarias que se enfrentan en la actualidad. Existen condiciones favorables para obtener logros tangibles. Y una de ellas, que debe aprovecharse, es la nobleza y disposición del magisterio zacatecano.
Avanzar en ese terreno, requiere concretar en los hechos un vasto programa de educación en valores, que considere en ese sentido de forma imprescindible, la rigurosa formación y capacitación docente, así como la implementación de un currículo extraordinario (planes específicos) que privilegie éticamente el tema y que se ejecute transversalmente en todo el sistema educativo zacatecano.
Ha quedado demostrado empíricamente que la educación de excelencia es la mejor herramienta para apalancar el desarrollo, pero también el más excepcional instrumento para procesar y superar escenarios radicales de violencia y conflicto social.
Y, al contrario, la exclusión y los rezagos educativos se han constituido en una variable socio/antropológica y económica que propicia evidentes procesos de vulnerabilidad en la sociedad y se convierte en precursor de probables escenarios generadores de emergente violencia e inseguridad.
En Zacatecas, el rezago escolar afecta en el presente a más de 350 mil personas. Nos referimos en este caso, al segmento de población mayor de 15 años de edad que no han culminado su educación primaria, secundaria y/o bien se encuentran en circunstancia de analfabetismo tradicional.
Pero eso no es todo: existen en la entidad un poco más de 120 mil personas en edad de cursar los estudios de bachillerato y de educación superior que no lo pueden hacer, porque simplemente no tienen la oportunidad de acceder a dichos servicios, debido a una serie de diversas circunstancias. Una de ellas es que la cobertura en estos niveles es inferior en nuestro Estado, a la del promedio nacional.
Por eso resulta importante racionalizar el impacto negativo que los rezagos y la exclusión educativa propician en el contexto de la evolución y el desarrollo integral de Zacatecas.
Los datos y las cifras revelan que, esa circunstancia vinculada a los rezagos educativos estatales, han atado a la entidad al atraso, a frágiles procesos de crecimiento y desarrollo económico, así como a fragmentadas experiencias de integración y sí de debilitamiento del tejido social, factor precursor de emergentes fenómenos de violencia que afectan específicamente a los sectores juveniles.
Los rezagos escolares repercuten en la constitución de una sociedad “vulnerable”, factor que se manifiesta a su vez en los siguientes fenómenos: 1).-Desempleo y violencia; 2).-Distribución injusta del ingreso y aumento de la pobreza; 3).-Desplome de los niveles de consumo de calidad; y 4).-Profundiza los indicadores de exclusión colectiva.
Por lo tanto, potenciar y privilegiar la educación de calidad y excelencia es un imperativo de primer orden, que no se puede menospreciar, por ningún concepto.
Tal vez por eso, el gobernador David Monreal ha puesto atención y esmero especial para colocar a la educación como un eje central de las políticas de su administración. En hora buena.
EDUCACIÓN: ¿INCLUSIÓN O EXCLUSION?
Al iniciar el ciclo escolar 2022/2023, resulta fundamental repensar en un sistema educativo zacatecano más incluso, menos excluyente y por supuesto de mayor calidad y eficiencia.
Resulta excluyente, porque miles de niños, niños, adolescentes y jóvenes zacatecano no pueden acceder a los servicios que garantice su derecho a la educación pública de calidad.
La cobertura de los servicios educativos por niveles en Zacatecas, conforme a los datos de la propia SEP, son los siguientes: preescolar 77.9%, secundaria 97.3%, bachillerato 72.7% y educación superior 37.2%.
La matrícula por niveles se distribuye en nuestro Estado al iniciar el nuevo ciclo de la forma siguiente: 72% enseñanza básica, media superior 12.4%, educación superior 10.2% y en capacitación para el trabajo 2.4%.
Por otra parte, la mayoría de las estadísticas disponibles apuntan en el sentido, de que la matrícula escolar en todos los niveles educativos en la entidad, han sufrido una extraordinaria y notable tendencia a la feminización.
EDUCACIÓN POR LA PAZ.
La educación en términos genéricos debiese tener como objetivo promover la cultura de paz y la no violencia. De no ser así, de poco sirve a la sociedad.
